En realidad, las plantas producen el volatiloma, conjunto de compuestos orgánicos volátiles producidos por el metabolismo secundario de las plantas. Ya el aceite esencial es el conjunto de compuestos volátiles obtenidos por destilación. ¿Y cuál es la diferencia? Algunas moléculas volátiles que están presentes en el volatiloma no consiguen ser arrastradas en el proceso de destilación, mientras que algunas moléculas volátiles presentes en los aceites esenciales son producidas durante la destilación, o sea, no están presentes en el vegetal. Pero para simplificar, decimos que las plantas producen aceites esenciales.
Los olores producidos por los vegetales son las palabras de la planta, su vocabulario, haciendo las veces de signos de una auténtica lengua vegetal, donde cada compuesto transporta una información concreta: un peligro eminente, mensajes de atracción o repulsión. Sabemos que la angiospermas (plantas que producen flores) producen su perfume para atraer los insectos polinizadores, pero incluso las plantas que no producen flores (gimnospermas) tienen buenas razones para hacerlo, ya que producir un olor supone un coste de energía que las plantas no malgastarían inútilmente.
Así, las plantas también producen esos compuestos volátiles para comunicarse entre ellas, avisando a otras plantas de la misma especie la presencia de predadores o para identificar el género. Si un insecto le está comiendo las hojas, la planta produce al instante determinadas moléculas que se difunden por kilómetros para avisar que hay un ataque en curso.
Las plantas no sólo son la pieza fundamental de la cadena de vida en en el planeta, al producir el oxígeno para nuestra supervivencia, sino que también seres sumamente perspicaces y sutiles, que poseen inteligencia y sensibilidad. En neurobiólogo italiano Stefano Mancuso, en su libro, Sensibiblidad y Inteligencia en el mundo vegetal, ha demostrado cientificamente que las plantas tienen los mismos cinco sentidos que los seres humanos y unos 15 adicionales.
Entre las capacidades hipersensoriales de las plantas se encuentra la percepción de "cambios eléctricos, el campo magnético, el gradiente químico, la presencia de patógenos" etc. Los seres vegetales no tienen ojos y oídos como nosotros, pero perciben todas las gradaciones de la luz y las vibraciones sonoras".
Un naranjo o un limonero en flor actúa de diferente manera según la cantidad de polen que lleve el insecto. Si lleva mucho polen, aumenta en el néctar la cantidad de cafeína para activar su cerebro, para que se acuerde de esa planta y vuelva. Si lleva poco polen, corta la cafeína.
“(…) en el lenguaje de las plantas parece vislumbrarse una polifonía acorde con su condición de no-individuos: no poseen una sola voz, sino una pluralidad de acentos que las hace aún más interesantes” Stefano Mancuso (neurobiológo italiano)
Es interesante subrayar que los mensajes que envían las plantas a través de los olores no están asociadas a una molécula especifica, sino que a un conjuntos de moléculas, cada una en una determinada proporción con respecto a las demás.
Es la noción de totum, fundamental para entender los tratamientos a base de plantas (fitoterapia y aromaterapia). Las propiedades terapéuticas de las plantas medicinales no pueden ser definidas según una única molécula, sino que al conjunto de moléculas presentes en la planta.
La sinergia de moléculas de una planta es lo que hace que tratamientos a base de plantas sean menos agresivos y muchas veces más eficaces, ya que cada molécula presente en la planta puede potenciar la acción de otra o aún atenuar posibles efectos colaterales que una molécula aislada provocaría en el organismo.
Las plantas son verdaderas reinas ¿verdad?
Como nosotros necesitan protección, cuidado, alimento y paciencia. Los compuestos que producen para su supervivencia son además verdaderas balsamos terapéuticos para nuestra salud.
Si conoces alguna curiosidad sobre las plantas, deja en los comentarios, me encantaría leerlos.
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