Cada célula de nuestro cuerpo evidencia nuestra pertenencia a la naturaleza, al igual que todos los otros seres vivos. Ese sentimiento de pertenencia es lo que nos permite conectarnos a nuestras ‘hermanas’, termino cariñosamente utilizado por los pueblos amerindios a referirse a las plantas medicinales.
Gabriela Nanni
Meditar con la nariz, he el concepto de la meditación olfativa que nos propone Agnés Addey. Una meditación que nos permite acceder al mensaje arquetípico de una planta medicinal.
La meditación olfativa consiste en una observación profunda y libre de perjuicios-etiquetas de la melodía de un aceite esencial y de los efectos perceptibles en el cuerpo, en la psique o en nuestros campos energéticos.
La meditación que nos propone Agnès es así una invitación para vivir el momento presente, con el cuerpo y la mente en el aquí y ahora. Es un proceso en el cual desarrollamos, con el anclaje del aroma de una planta medicinal, una visión clara de nuestro ser, de sus ‘puntos ciegos’, de las zonas corporales o psíquicas que habitualmente nuestra consciencia desconoce.
A través del sentido del olfato, los aromas actúan directamente en nuestro sistema límbico, centro responsable por el procesamiento de nuestras emociones, sentimientos y memoria. El sistema límbico funciona de manera inconsciente, movilizando el organismo antes de que el individuo tenga consciencia de sus respuestas. La motivación no se limita a necesidades biológicas fundamentales, sino que también estimulando comportamientos más específicos y elaborados, como los procesos cognitivos y las tomas de decisiones. Pertenecen al sistema límbico dos estructuras: el hipocampo, asociado a la memoria, orientación espacial, aprendizaje y la regeneración neuronal (que ocurre durante el sueno y el descanso) y la amígdala, el elemento central del rompecabezas de las estructuras involucradas en la gestión emocional.
Durante una meditación olfativa es posible contactar con el arquetipo de la planta medicinal, el gesto de su familia botánica, acceder a informaciones muy especificas respeto a su entorno, sus propiedades, a una comprensión sutil de sus usos. Puede que algunos aceites esenciales que probamos tiene un más allá del pensamiento, una calidad de presencia que nos une al tejido de
la vida mismo, que algunos llaman de ‘los bastidores de la realidad’. De eses encuentros brotan a menudo mensajes traídas como que de otras dimensiones de la conciencia, que constituyen verdaderas ‘poesías medicinales’.
La meditación olfativa desarrollada por Agnés Addey nació de la unión de tres abordajes que ella integró a lo largo de su experiencia de vida: aromaterapia sensorial, enfocada en la Naturaleza y el Ser vivo (enseñanzas y investigación en colaboración con Christian Escriva), la Olfatoterapia ® de Gilles Fournil y su exploración psico-energética des los aceites esenciales y la práctica del budismo zen, que le fue transmitida por Thich Nhat Hanh, monjes y monjas del pueblo de Pruniers.
Agnès Addey es formadora en Aromaterapia sensorial en Francia y propone diferentes cursos de formación en Aromaterapia Energética (en francés) así como acompañamiento individual como terapeuta psicocorporal.
La meditación olfativa en la práctica
Anclaje del cuerpo
- y el encuentro con un olor-
Elegir un aceite esencial a ciegas o no, la intención inicial es no intentar reconocerlo. Déjate sorprenderte, abstrayendo todo conocimiento previo que tienes a respecto de la planta.
- Percibir con una mirada inocente -
Encuentro con una amiga
Entrar en contacto con la planta y su aroma buscando ir más allá de las etiquetas, incluso las que hacen parte de nuestro repertorio. Así, como si desconociéramos la planta, sus propiedades, su nombre, le concedemos la posibilidad de revelar su naturaleza profunda, sin prejuicios ni resistencia, como si estuviéramos encontrando una amiga por primera vez.
Sentar y focalizar
Antes de olfatear, siéntate en una posición cómoda, relajada y con la mente despierta, suavemente abierta, receptiva. Lleva la atención hacia tu inspiración y espiración. Haz contacto con tus pies en el suelo y alinea la columna vertebral. Un sonido (un cuenco tibetano) puede ayudar a prepararte para el encuentro con el aroma.
- Contemplación del aroma y de sus facetas -
Pon una gota de aceite esencial en un tira de perfumaría, permitiendo así que el aroma se revele en el tiempo. Las notas de salida, de corazón y de fondo se expresan mejor que si olemos directamente el aceite esencial en el frasco. Concéntrate en las notas aromáticas, dejándoles el tiempo de evolucionar a lo largo de la olfacción. La postura que debes adoptar es la de un observador neutro, a la escucha de los efectos del aroma en tu cuerpo.
Scan corporal
En un primero momento es importante trabajar la consciencia corporal, el anclaje y la observación de los efectos sutiles en el cuerpo físico, practicando lo que llamamos de scan corporal. La observación de los efectos más sutiles, como aquellos que se operan en la psique y en nuestro sistema nervioso, debe ser realizada una vez que tengamos conseguido establecer el anclaje corporal de manera estable.
Fijarse en la sensación
Observe tu respiración y conéctate al ritmo de tu inspiración y espiración. La observación está dirigida al mismo tiempo en las notas aromáticas y en sus efectos en el cuerpo. El hilo que te guía es el olor y la respiración, que te permite no desprenderte del cuerpo. La respiración es el anclaje que acompaña la consciencia corporal. Justamente, debes observar como tu mente va intentar desprenderse, perderse en los pensamientos, en la asociación de ideas, en las interpretaciones (más o menos juiciosas).
Observar
- y no interpretar
Por detrás de un malestar, el cuerpo que habla
El desafío está en saber diferenciar lo que es del dominio de la observación de un fenómeno y lo que es su interpretación. Por ejemplo, si observas una sensación de náuseas, puede que la asocies a un malestar y que por esa razón deduzcas que el aceite esencial no te conviene.
En la práctica, sabemos que los aceites esenciales que tienen una acción descongestionante y tonificante hepatobiliar pueden, en algunos casos (personas sensibles, personas toxémicas), provocar esa sensación de náuseas.
No fijarse en las sensaciones
Puede que necesites de este aceite esencial justamente porque tu hígado esté débil. La sensación de náuseas es una traducción des sus propiedades hepatobiliares. Permita que las sensaciones evolucionen en el tiempo, no te fijes en ellas (a menudo una sensación dolorosa o incomoda se difumina durante la olfacción). Sabremos, en función de las reacciones, que será necesario adaptar la dosis de ese aceite esencial según el terreno biológico del individuo.
Sin embargo, asociar directamente náuseas y acción hepatobiliar es una interpretación. Algunos aceites esenciales tónicos circulatorios pueden también provocar ese tipo de sensación aunque no actúen directamente en el hígado.
Construir nuestros propios parámetros
Durante una olfacción, estaremos atentos en hacer la diferencia entre aquello que observamos y aquello que deducimos. El momento de la olfacción es un proceso de observación. Y aprendemos, con la práctica, a entender/percibir cómo nuestro cuerpo traduce las propiedades de un aceite esencial, a escuchar el lenguaje de nuestro cuerpo. Con el tiempo, adquirimos parámetros únicos, que son los nuestros.
Por ejemplo, las cetonas con 10 átomos de carbono (monoterpenos) pueden ser percibidas de manera diferente según la sensibilidad de cada uno, más o menos agradable, asociada a la sensación de un casco que comprime las sienes, a una presión en la zona ocular, a una rigidez en la nuca, a un gesto que molesta o inmoviliza, acompañada de una congestión, un frio metálico, o aún une sensación de elevación que apunta como una flecha.
Dejar la mente analítica de lado
Después de la olfacción, podemos intentar comprender y establecer las conexiones/asociaciones. Pero durante la olfacción, somos observadores neutros, y no intentamos despertar la mente analítica y raciocinar, fuente de errores y de sesgos cognitivos.
Poco a poco, con la práctica, el lenguaje de cuerpo se perfecciona. Es decir, nuestra comprensión del lenguaje del cuerpo que reacciona y traduce el arquetipo del aceite esencial se desarrolla, gaña claridad. Nuestra carta interior se construye así como nuestras referencias olfativas.
La meditación olfativa es una excelente herramienta de acompañamiento psicoemocional, un proceso en lo cual tenemos la oportunidad de aprender más sobre nosotros mismos. El hecho de que apreciamos o no un olor no es insignificante. Hay una correspondencia entre nuestros estados emocionales y los aceites esenciales, que, a través la frecuencia de cada aroma, entran en resonancia con nuestros campos de conciencia. Un aroma puede traducir nuestras debilidades o un estado de equilibrio interno.
La meditación olfativa, originalmente escrita en francés por Agnés Addey, fue traducida libremente y con la autorización de su autora por mí, Gabriela Nanni. La meditación olfativa en su versión original está en el sitio web de Agnés Au coeur des essencielles así como en su libro recientemente publicado ‘Grand livre des huiles essentielles, médecine de l'âme et voie d'éveil - Edition Hachette pratique collection Le lotus et l'éléphant.
La meditación olfativa que nos propone Agnès requiere el acompañamiento de un profesional aromaterapeuta con conocimientos en aromaterapia energética.
En Casa Vetiver ofrecemos acompañamiento en aromaterapia familiar y energética, así como una gama de aceites esenciales de pequeños productores artesanales, preocupados con la calidad de cada producto y desde un compromiso con el ciclo natural de las plantas, el medio ambiente, el social y humano. Sus aceites esenciales son tesoros aromáticos únicos, cada uno con su personalidad dinámica y viva, elaborado por la naturaleza (clima, terroir, biotopo), cultivado y destilado de las manos cuidadosas de cada artesano.
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